—“Tengo migraña crónica”, me dijo la niña.
—¿Y eso qué significa? —pregunté.
—Es que me duele aquí… La doctora le dijo a mi mamá que es migraña crónica porque soy muy autoexigente.
—¿Y cómo sabe la doctora que eres muy autoexigente? —volví a preguntarle.
—Porque mi mamá se lo dijo.
—¿Y qué haces tú para que tu mamá piense que eres autoexigente?
—No quiero salir de mi cuarto. Me paso pintando mandalas. Me gusta el arte y no quiero dejar de pintar.
(La conversación fue más larga, pero te la resumo).
Eso no es ser autoexigente. Eso es hacer algo que amas.
—Es que cuando pinto, me acuerdo de mi abuelo y lloro.
—¿Y qué le pasó a tu abuelo?
—Falleció hace tres años. Yo lo vi morir.
Esta niña no tiene migraña crónica por pintar mandalas.
Todo síntoma físico en un niño es un llamado de atención.
Una mala interpretación de ese síntoma puede marcar su vida para siempre.
Si esta niña crece creyendo que su migraña es por ser “autoexigente”,
nunca podrá sanar la verdadera herida: el dolor por la pérdida de su abuelo.
Hay cosas que no se ven a simple vista:
pensamientos, emociones, creencias limitantes, frases que hieren…
y todo eso afecta la salud de tu hijo.
Si sentís que tu hijo necesita ayuda, escríbeme.
Silvia,
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( entrevista sin costo adicional)
Un abrazo
Silvia



