5 señales que lo indican:
1. Asume la responsabilidad de sus tareas, pero no es sumiso.
No confundas ser responsable con la obediencia ciega o el miedo a equivocarse.
2. Muestra curiosidad y hace preguntas para aprender más.
Cuestionar no es falta de respeto, es un signo de su deseo por entender el mundo.
3. No se adapta completamente al grupo de sus compañeros.
El no encajar no significa que sea antisocial, sino que sigue su propio camino.
4. Es altamente sensible.
Su sensibilidad no es sinónimo de debilidad, es una muestra de su capacidad para conectar profundamente con su entorno.
5. Vive las experiencias con intensidad.
No confundas su intensidad con irritabilidad; es una señal de que experimenta la vida plenamente.
Si observas alguna de estas cualidades en tu hijo, evita que un diagnóstico lo limite con etiquetas de ocasión, sin ofrecerte las herramientas necesarias para ayudarlo a expresar lo que siente y piensa de manera auténtica.
Soy Silvia Aguirre
mamá y docente.
Acompañante en Bienestar Docente y Familiar
Acompañante en Bioneuroemoción
Instructora en Capacitación mental y Resolución de Conflictos
Facilitadora del método que brinda la Escuela Índigo.
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