“DIVINA EDUCACIÓN”

Retomemos el Educere

Una nueva manera de educar: conecta al niño con su propia divinidad y fortalece su mejor versión desde la infancia.

¿Qué logrará tu hijo/a en esta mentoría?

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Aumentar su autoestima

Un niño que fortalece su autoestima es un niño motivado, alegre, confiado y seguro de sí mismo en todas sus actividades. Esto se refleja en una mejor conducta, un rendimiento escolar superior y relaciones más positivas con sus amigos.

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Desarrollar y fortalecer habilidades

Reconocer, desarrollar y fortalecer las habilidades y capacidades propias motiva al niño a emprender con responsabilidad y autonomía cualquier actividad cotidiana, ya que se siente seguro y confiado en lo que hace.

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Conocer la fórmula secreta para superar los miedos

Los miedos surgen cuando hay inseguridad o incertidumbre. Sin embargo, un niño que se siente seguro y confiado en su entorno, ya sea en la escuela, en casa o con sus amigos, es un niño feliz.
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Disfrutar de ser su mejor versión

Un niño que aumenta su autoestima, libera sus miedos y desarrolla sus propias habilidades disfruta de ser quien es, sin compararse con sus amigos ni buscar aprobación o reconocimiento. Disfruta de sus actividades diarias con confianza y seguridad, sin presiones ni exigencias.
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Aumentar su concentración

Calma su ansiedad, autorregula sus emociones y presta más atención porque se siente alegre, protegido y seguro en la escuela, en el hogar y con sus amigos. Esto le permite mejorar su rendimiento académico y disfrutar más de sus actividades cotidianas en casa y con amigos.
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Aplicar a diario la única habilidad capaz de lograr su felicidad.

Un niño que aprende a tomar decisiones con responsabilidad es un niño asertivo, que actúa con seguridad y confianza en sus actividades diarias, transformándose en un adulto exitoso y feliz.

Aumentar las ganas de aprender...

Si deseas un hijo feliz, conéctalo con su respons-habilidad.

Silvia Aguirre

¿Quién soy?

Si bien actualmente considero que disfruto de una familia exitosa y feliz, no siempre fue así.

De profesión docente, hace más de 20 años estoy con mi actual pareja y tengo dos hijos varones adolescentes.
Cuando mi hijo mayor tenía 7 años comenzó a subir de peso y tener episodios de muchísima ansiedad incluso una noche llegó a expresarme que así no quería vivir más.

Era muy pequeño para considerar que no valía la pena vivir. El diagnóstico del psicólogo tratante fue que mi hijo posiblemente tuviera un trastorno de hiperactividad y seguramente había que medicarlo.

Lejos de mejorar la situación y la relación con mi hijo cada año que pasaba se volvía más tensa y difícil.

En el 2017 contaba con dos herramientas para educar a mi hijo: el miedo y la culpa. Hasta que descubrí un método que prometía aumentar la autoestima, desarrollar la intuición y mejorar el rendimiento académico en un mes sin miedo, sin culpa y sin medicación.

Este método fue probado por Jacobo Grinber en México y demostró que los niños en edad escolar tienen la capacidad de ver con sus ojos vendados, una capacidad que está ligada estrechamente a su divinidad.

Gracias a poner en práctica la habilidad de ver lo que a simple vista no se ve, logré que mi hijo fortaleciera su mejor versión y se desarrollara con confianza y seguridad en todas sus actividades diarias.

Actualmente brindo talleres a madres/padres interesados en desarrollar y fortalecer la mejor versión de sus hijos desde la pequeña infancia.

Testimonios

Quienes ya recorrieron el camino…
Hace una semana que en casa ya no hay discusión, mi hija ayuda con el orden en casa, la noche antes deja su ropa preparada para ir al colegio al día siguiente.
Ha progresado, presta atención y se concentra en la actividad, muestra interés por hacer bien lo que hace y le pone ganas.
Ya no explota la ira como antes, ahora ella misma encuentra su punto de equilibrio y se le nota más feliz. He pasado una semana increíble.
Mamá de Maria Joaquina, 8 años
Antes a mi me preocupaba que no terminaba de copiar ni las tareas en clase ni los deberes.
Ahora presta atención y sale todos los días con las tareas terminadas además hace sus deberes solos y en un ratito.
Y esto ha influido mucho en aumentar su autoestima y mejorar su estado de humor, es otro, al saber que puede cumplir con sus actividades se siente más confiado y seguro.
Mamá de Joaquín, 7 años
Definitivamente ha habido cambios desde la primera semana. Las mañanas ahora son más más ágiles y amenas. Se peina, se viste, incluso le sobra tiempo.
Toda la familia ahora está mucho mejor. He aprendido a mirarme yo y me he re-encontrado con cosas mías para sanar y mejorar.
Estamos más amables los unos con los otros y se refleja en la armonía y la alegría dentro del hogar.
Mamá de Alexa, 9 años
Esta mentoría no solo ayudó a Alejo sino que me ayudó muchísimo a mi también, sentí un gran cambio, me doy cuenta como reaccionar, como hablarle cuando está irritado o angustiado.
Antes me decía, no se que me pasa, no sé cómo hacer, y sin herramientas ni recursos gritaba, lloraba, golpeaba las puertas, ahora puede expresar lo que le pasa y eso le permite canalizar sus enojos de una manera más fluida y amable.
Mamá de Alejo, 6 años
"Conectar con su interior y desbloquear su miedo a no saber y no poder, ayudó a mi hijo de 7 años a creer que si podía y si sabía leer.
Fue grandioso observarlo leer con sus ojos cerrados y su entusiasmo por seguir aprendiendo.
¡Gracias Silvia!"
Claudio
"Me encantó la técnica de cerrar los ojos y, sobretodo, la sorpresa de mi hija al descubrir que podía ver sin necesidad de abrir sus ojos físicos. Aprendimos que realmente el único límite es la mente humana y que una vez superado, todo puede llegar a ser posible. Lo cual generó en ella un sentimiento de mayor confianza y seguridad porque ahora sabe que con solo cerrar sus ojos puede conectar de forma directa a su guía interior y tomar mejores decisiones."
MARISEL

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